La alfabetización digital desde la infancia es una necesidad en un mundo en el que la tecnología está cambiando rápidamente el panorama laboral. El iPhone, Google, Uber, WhatsApp o Amazon, y otras empresas que están transformando nuestras vidas, tienen como fundamente de su creación el “código”.
Por otro lado, los niños y niñas que inician ahora su vida escolar desempeñarán trabajos que ni siquiera existen hoy en día. Por ello es imprescindible que aprendan el lenguaje de la tecnología. Bien decía Steve Jobs: “Todo el mundo debería aprender a programar, pues te enseña a pensar. “ Y es que aprender a programar también ayuda a desarrollar habilidades de resolución de problemas, creatividad, lógica y razonamiento.
De acuerdo con Code.org, 71% de todos los nuevos puestos de trabajo de STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) son de computación, pero sólo 8% de los graduados de STEM estudiaron computación. Aprender a programar incrementa la posibilidad de asegurar para nuestros chicos una carrera o trabajo lucrativo.
La programación se ha convertido rápidamente en una “habilidad vital”.
La programación es una habilidad “transversal”. No sólo la industria de tecnología requiere puestos con conocimientos de ciencias computacionales. Desde firmas de abogados hasta líneas aéreas están siendo transformadas y requieren capacidades digitales. Aprender a programar ayuda a los niños a visualizar conceptos abstractos. A través de la programación, los niños aprenden cómo aplicar las matemáticas a problemas del mundo real y formular soluciones creativas. La codificación hace que las matemáticas sean más prácticas, atractivas y divertidas.
En entornos creativos no hay respuestas correctas ni guías exacta. A través de la disciplina de codificación, los niños buscan la validación de sus compañeros y tienden a trabajar en grupos. Aprenden a colaborar, a dar y recibir críticas de manera positiva, y a incorporar comentarios de lo que están haciendo.
El desarrollo de estas habilidades es extremadamente importante en sus vidas y carreras posteriores, como lo es la comprensión de que hay muchas soluciones para el mismo problema. Los niños aprenden a través de la codificación que saber cómo hacer las preguntas correctas a veces es más importante que tener las respuestas correctas.
La realidad es que la tecnología evoluciona exponencialmente, pero el conjunto de habilidades que un niño desarrolla al aprender a programar estarán allí toda su vida. Los niños desarrollan la creatividad al experimentar y cometer errores. Aprenden mediante el aprendizaje de programación que hay más de una forma de hacer algo.
A los niños se les debe enseñar cómo pensar, no qué pensar. Y la programación enseña a los niños a pensar.
La mayoría de nosotros no sabemos qué es lo que hace que funcionen nuestros teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, redes sociales y videojuegos. El conocimiento básico de programación puede cambiar la forma en que interactuamos con las tecnologías que usamos (y damos por sentado) a diario, y podemos abrir los ojos posibilidades infinitas. Cuando los niños codifican, toman problemas complejos y los dividen en partes más pequeñas. Los niños aprenden cómo es abordar un problema como lo hace un ingeniero de software, con un pensamiento lógico y computacional.
Como explica Dan Crow, CTO de SongKick, «El pensamiento computacional te enseña cómo abordar problemas grandes al dividirlos en una secuencia de problemas más pequeños y más manejables». Este pensamiento lógico es una herramienta poderosa en la escuela, el trabajo y la vida.
Si tienes un niño o niña con un interés en computadoras, ayúdalo a aprender. Sin embargo, si no tienen un interés, considérelo. Es tan importante, y te alegrarás de que al menos le hayas dado una oportunidad. Pero en el proceso, no te olvides de las otras cosas. Ayúdelos a aprender «tecnología» y explore las posibilidades de desarrollo de juegos, impresión 3D o producción de video si eso es lo que más les conviene.