El término «deepfake» proviene de la tecnología subyacente «aprendizaje profundo», que es una forma de Inteligencia Artificial. Los algoritmos de aprendizaje profundo, que aprenden por sí mismos cómo resolver problemas cuando se les dan grandes conjuntos de datos, se utilizan para intercambiar caras en video y contenido digital para crear medios falsos de apariencia realista.
Existen varios métodos para crear deepfakes, pero el más común se basa en el uso de redes neuronales profundas que involucran codificadores automáticos que emplean una técnica de intercambio de caras.