El término «deepfake» proviene de la tecnología subyacente «aprendizaje profundo», que es una forma de Inteligencia Artificial. Los algoritmos de aprendizaje profundo, que aprenden por sí mismos cómo resolver problemas cuando se les dan grandes conjuntos de datos, se utilizan para intercambiar caras en video y contenido digital para crear medios falsos de apariencia realista.
Existen varios métodos para crear deepfakes, pero el más común se basa en el uso de redes neuronales profundas que involucran codificadores automáticos que emplean una técnica de intercambio de caras.
Tendencias de ciberseguridad para el 2023
El análisis mundial de las nuevas técnicas de fraude, incluido el deepfake, define la necesidad de endurecer los requisitos de gestión de los riesgos cibernéticos y de notificación de incidentes. El aumento de la divulgación de la ciberseguridad ayudará a establecer puntos de referencia que las organizaciones podrán utilizar para mejorar su seguridad.
Para el 2023 se prevé que el costo del cibercrimen aumente hasta los 8 billones de dólares, según Cybersecurity Ventures.